jueves, enero 25, 2007

35 horas

No entiendo por qué, pero cuando no tengo tiempo, me gustaría hacer más cosas. Cuando lo tengo, no me apetece hacer nada. Estoy atareada desde hace 3 semanas. Todas las tareas exigen tiempo, claro, pues esta montaña como Everest nunca se encoje, a pesar de todo, entonces ya no será la cuestión de tiempo, aunque me gustaría tener 35 horas al día.

Imagino a que estoy jugando a Bomber Man, de Nintendo. Es un robot que trabaja en el Underground, y en cuanto explote más bombas, va a seguir adelante, y por fin se convierte en un ser humano...

No me acuerdo si Bomber Man apagaba las bombas o hacía explotar las bombas...

Siempre intento apagar el fuego, pero a veces yo misma exploto como una bomba.

Mi amiga que en teoría tendría que marcharse mañana (a las 7 am) de España a Japón. En este último momento me llama y me dice: voy a abandonar el billete para mañana. La causa es la ordenanza de sus equipajes.

Si no puedes, no puedes. Lo único es que lo intentas.

Estoy intentando a satisfacer a todo el mundo. Pero, veo que no puedo. Pues... ¿qué le vamos a hacer? Nada. Serenamente, les explico el "porqué" o voy a explotar como una bomba.

... ... ... esta tarde, me he explotado como un cohete. Entonces, mi jefecillo P.E. me ha calmado. ¡Gracias!

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Sabía que acaberías perdiendo tu zen, Mosimo. No te dejes explotar como una bomba de Nintendo, apóyate en tus tomodachis que para eso estamos.
Petons

Satellite Girl dijo...

Germaneta Isa, graciaaaaas!!! Lo haré, lo haré, me apoyaré en vosotros, claro. Pero seguro que la semana que viene... Aún no veo la gran tormenta... bufff... ;)

Anónimo dijo...

respira, respira,
no pierdas el zen

Satellite Girl dijo...

vale, primito, gracias.

nkawai dijo...

>,< aguanta Mihoko!!!
Tienes todo mi apoyo!!!

pescado del dia dijo...

Yo de ti, no aguantaría.
Dile al jefe que se jubile, ocupa su lugar y contrata a Bomber Man para que te haga el trabajo.

Satellite Girl dijo...

naoko! gracias, cuento contigo!!!

jejeje, joanet mi amor. A pesar de todo, mi jefe es una persona comprensiva y a mi no me presiona tanto. A parte de ello, mi zen es tan profundo que no rompe tan fácilmente.