lunes, diciembre 31, 2007

2007-2008



El día 27, en Osaka, vi a mis dos amigas de la universidad. No han cambiado nada tras 20 años, aunque cada una tiene 3 hijos. La tertulia duró un poco más que una jornada, pero sin cansarnos.

La ciudad de Osaka es muy atractiva sobre todo por la noche. Hay muchos callejones para pasear. En cada rincón encontré mi vida universitaria, mucha marcha, algo que ya no hago. Merece la pena visitarla. 

El 30, llegué bien, pues el Finnair funciona de maravilla.

Me recogió en el aeropuerto y la primera palabra que le solté es: ¡quiero tomar el aceite de oliva!
Fuimos a Barceloneta para cenar. Pedimos una ensalada, así nos traía el aceite. ¡Aceite de oliva!

En lugar de celebrar el fin de año el 31, lo celebramos el 30-31. No está mal.

Subí 4 veces al avión. Aprendí una cosa: el flan no se puede llevarlo al avión cuando subes desde Japón. En España, hubo una polémica de Ensaimada con cabello de ángel, pero en caso de Japón es flan.

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