El sábado. Por fin, sábado. Me he despertado tarde, pero no importa. El sol me ha despertado. Eso me gusta.
A las 14:15, una comida con mis colegas del antiguo trabajo. Venga comer, venga. Nos reimos mucho. Creo que he tomado más de un par de copas (grande) de vino. La comida tiene que ser acompañada del vino.
A las 21:30. Unas copas de sangría. No había tomado nunca una sangría tan buena como ha hecho T. Me ha abierto los ojos, pues no me gustaba la sangría porque me subía a la cabeza. Eso quiere decir que la sangría que tomaba en unos restaurantes no era auténtica.
A la 1:00 menos algo. He salido de la casa de mi hermana adoptiva siguiendo al coche del hermano de mi hermana adoptiva, pues lo de mi hermanastro. Al cabo de 5 minutos, mi copiloto y yo hemos visto una luz en la carretera. Pues sí. Es el famoso control de alcoholemia. 25km por hora, siguiendo a mi hermanastro, pues si él no me guia, no podré seguir la carretera.
Un policía le ha hecho parar el coche de hermanastro que iba delante nuestro. El mismo policía me ha mirado y me ha hecho pasar el control. Pero... tonta de nosotras... le hemos dicho: bueno, vamos juntos al coche de delante...
Por supuesto, el poli, aprovechando la ocasión, nos ha dicho: pues para detrás de este, o delante de aquella furgoneta.
Sopra mi hermanastro. Nosotras detrás de él. Pues otro poli nos ha hecho cambiar del sitio: delante de una furgoneta.
¡Ya viene, ya vieneeee! Mi copiloto L me pregunta: ¿no te da positivo, verdad?
Yo temblando por frío: "tranquila, no saldrá positivo".
Se acerca otro poli. Me pregunta a ver si hablamos con castellano o catalá. Hmmmm.... Me suena esta frase: como si fuera el libro de texto para aprender catalá que se llama "Digui Digui".
Le he dicho: tranquilo, si em parli en catalá, li contestaré amb castella, cap problem. Él me pregunta: estamos haciendo el control de alcoholemia: ¿tendrá alguna razón inconviniente? Desde luego, la cosa ha cambiado mucho. Hace 15 años, nadie preguntaba si querías someterte en la prueba o no.
Me ha dado un paquete de "boquilla". Intento abrirlo. Me ha costado abrirlo. Cuando lo he conseguido a abrir, ya sabéis: se me ha escapado de la mano al suelo, jejeje. Amablemente, el poli me ofrece: ¿le doy otra boquilla?
Cojo otro paquete, lo abro y lo instalo en la máquina. Me dice: sopre unos segundos hasta que le diga basta.
Sopro, sopro, sopro, teniendo mi copiloto sufridora. ¡Vaya estrés que ha tenido L!
0,0 en alcoholemia. La L ha esatdo sorprendida, pero si hubiera tomado más que lo que debía, le hubiera pedido a mi hermana adoptiva que me deje la cama para esta noche, aparte que siempre tengo mi tienda de campaña en el maletero del coche ;) Soy muy independiente... ... ...