lunes, noviembre 29, 2010

Un fuerte abrazo



Corazón que me regaló Eli por mi cumpleaños.

Cuando tenía una pesadilla, me despertaba y fui corriendo a ver a mi madre diciéndole que tenía mucho, pero mucho miedo. Mi madre pasaba olímpicamente de mi miedo, ni se molestó en abrazarme ni nada: "no pasa nada, aquí no pasa nada malo. Duérmete un poco más".

Monstruos, fantasmas, bichos, etc., que me perseguían en mis pesadillas.

Aquella noche cuando una niña de la clase superior nos contó una historia de miedo, de una sombra en el suelo del lavabo de nuestro colegio era la de una chica que se murió allí por un tropezón...

– "Madre, no puedo dormir. Tengo miedo".
– "Anda, hija, no existe fantasmas".

Mi madre, no se levantó de la cama, ni nada. Debía de estar cansada y tener mucho sueño...

Creo que desde entonces, he dejado de pedir algunas cosas, desde que tenía 10 años..., por ejemplo que me abrazara.

Es muy bonito dar y recibir unos abrazos, no verbalmente como hacemos cuando escribimos, sino, con dos brazos.

Un día cuando le pedí que me abrazara, me preguntó: ¿qué te pasa?

– No pasa nada. Simplemente, quería que me abrazaras, pero muy fuerte.

... ¿Suena raro... no??? Sí. Un poco...

Creo que aquel momento, cuando quería que me abrazaras, tenía una pesadilla. O solamente me acordé de aquella sensación de miedo...

Un fuerte abrazo. Es la mejor medicina para todas las enfermedades del mundo...

Gracias!

2 comentarios:

Vero dijo...

Lo es, Mihoko. Desde luego. No hay otro!

Un fuerte-fortísimo abrazo.

Satellite Girl dijo...

gracias!!!!!