jueves, abril 09, 2009



Entras en un súper-mercado. Da igual que sea de marca o no. 

Compras una bandeja de champiniones, porque está de oferta, o a ti te gustan.

Escoges una bandeja que se ve mejor los champiniones. Si es de oferta: con una pegatina que dice: 2 euros... no estaría nada mal.

Esto es lo que pensaba hasta ayer. 

Ayer, por la sicosis que tuve de "fin de semana sin comida", fui a una verdulería del barrio. Encontré: oferta: champiniones al granel. La verdad es que tenían muy buena pinta.

Claro. Pides al chico de la tienda. Entonces, me preguntas: ¿cuánto quieres?

Ya estás pillada. Pues, nunca compras los champiniones por peso, sino por bandeja.

"Bueno, un cuarto." 

Chico me contesta: "vale, ahora te lo preparo".

El chico pesa la bolsa de plástico llena de champiniones. Lo pesa. Y sale... "485 g".

¡Un cuarto de kilo es 250 g., jopéeeee! Es un pensamiento de ambos en aquel momento.

Total..., me ha costado menos de 1 euro. Y había un montón de champiniones en la bolsa... Encima, no viene la bandeja blanca que luego no sabrás qué hacer con ella.

Conclusión: no le hagáis caso nunca a las etiquetas "oferta", "2 x 3", etc. Pues, una bandeja de champinopones de 1 euro no vienen tantos champiniones como lo que compré ayer!!!

Y he leído por internet que hay que conservarlos en el frigorífico en una bolsa de papel para que no suden...

La generación "packing"... Usar y tirar... Creo que hay que reflexionar un poco... ¿no?

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